domingo, 10 de abril de 2011

China se ha convertido en una opción de vida para los colombianos

Aprender mandarín, realizar estudios universitarios o conseguir trabajo son algunas opciones.

Según cifras oficiales de la Embajada de Colombia en China, solo en el año 2009 fueron 20 mil los colombianos que llegaron a China.
De esos, actualmente hay 615 registrados, es decir, que están instalados en el gigante asiático por al menos seis meses, ya sea estudiando o trabajando, y que, por ende, están haciendo parte de su vida allá.
Aunque la cifra es sorprendente, responde al acelerado crecimiento económico chino en los últimos años, que ha despertado un interés global.



Muchos de quienes se interesan en China lo hacen por su poder económico y las oportunidades potenciales de negocios. Sin embargo, los chinos entienden que deben hacer de su país uno atractivo para los extranjeros en ámbitos diferentes al comercial.
Por ello, se han preocupado por fomentar programas educativos competitivos, han incentivado el estudio en su país con el ofrecimiento de becas del gobierno, y han hecho especial énfasis en la enseñanza del mandarín.

"Vine a China con el propósito de estudiar. Estando aquí se me abrió un mundo increíble", comenta Daniela Estrada.
Actualmente, ella vive en Beijing, donde está aprendiendo mandarín. Con tan solo 16 años, aún no ha terminado sus estudios de bachillerato, pero indica que sus padres "están felices porque estoy aprendiendo un idioma que, muy seguramente, me abrirá un abanico de posibilidades cuando vuelva a Colombia".
Su padre, Arturo Estrada, cuenta que quiere que Daniela se quede unos cinco años en China para que adquiera un buen nivel en el idioma.
Carreras universitarias

Aunque lo más popular, sobre todo entre los jóvenes, es ir a China a estudiar mandarín, los programas de pregrado y posgrado también se han vuelto muy apetecidos por estudiantes de todo el mundo. Colombia no es la excepción.
Laura Parra Romero, de 21 años, vive en Shanghái, centro económico del país, y está realizando sus estudios de pregrado en negocios internacionales y administración en la Universidad Donghua de esa ciudad.
Según Laura, "China posee una mezcla perfecta de elementos que contribuyen al estudio de mi carrera, elementos que me permiten crecer, prepararme y entender el mundo económico, cultural y social de la actualidad".
Igualmente, David Jara, de 28 años, vivió durante dos años y medio, entre 2008 y 2011, en la ciudad china de Changchun. Él obtuvo una beca para cursar sus estudios de maestría en la Universidad de Jilin y aunque ya volvió a Colombia, no duda en afirmar que "si surge la posibilidad de volver a China, lo haría".
David Jara no es el único que, cautivado por la magia, el dinamismo y el idioma piensan volver a establecerse en China.
El mismo caso lo vivió Camila Gómez, de 32 años. Ella fue de visita a Beijing, la capital china, en 1996. Su mes de estadía se alargó a dos meses, que se convirtieron en un año, que se extendió a dos años y medio.
"El primer mes se pasó volando. Yo estaba fascinada con China, la cultura y la historia, así que me terminé quedando", explica Gómez.
Cuando volvió a Colombia en 1999, vino a hacer su carrera universitaria, pero "siempre tuve muy claro que iba a regresar (a China); no sabía exactamente cuándo ni cómo".
Hoy, ella está de vuelta en la segunda potencia económica del mundo, está vez en Shanghái, realizando una maestría en Historia y cultura china en la Universidad de Fudan, la segunda mejor del país.
Un proyecto de vida
China suele generar reacciones muy diversas en las personas que la visitan o se establecen allá.
Según Camila, "hay gente que viene y le fascina y le encanta y se adapta muy rápido, pero conozco varios casos de personas que llegan con planes de quedarse dos o tres años y a los 15 días salen 'volados' a su país".
No obstante, la calidez de su gente, la posibilidad de aprender el idioma (enorme ventaja a la hora de enfrentarse al mercado laboral) y la seguridad de sus ciudades (factor de peso, particularmente para los colombianos) hacen de China un destino sumamente atractivo.
Gómez asegura que se vive muy bien en China y es un país que tiene mucho que ofrecer, en especial a los extranjeros.
Así, hay quienes no solo van a estudiar unos años, sino que aparte de eso, desarrollan un proyecto de vida en China.
Es el caso de Helena Neira, colombiana de 26 años, residente en Wuhan. Lleva tres años y medio en China, tiempo durante el cual ha estado realizando una maestría en Derecho económico internacional.
Aún no ha finalizado sus estudios, pero ya empezó a aplicar a trabajos relacionados con su campo y, cuando finalice, planea quedarse por lo menos cinco años más. Al preguntarle si desea volver a su país natal, indica con seguridad: "Solo de vacaciones".
La importancia de China en el escenario global no solo ha hecho que el comercio gire hacia ese país, sino que se está generando una tendencia que, debido especialmente a las diferencias culturales, antes era impensable: la de formarse, establecerse y desarrollar un proyecto de vida en China.
PUBLICADO EN ELTIEMPO.COM

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